Escalar una vía es muy parecido a vivir. La mayoría de las veces no tienes ni puta idea de por donde tirar. Aparece gente que sin quererlo te perjudica, y gente que ya ha estado en tu situación e intenta guiarte; ambos grupos pueden serte de utilidad siempre y cuando aprendas los 'como' y te olvides de los 'porqué'. Creemos que el objetivo es llegar al final, pero cuando lo conseguimos, la verdadera satisfacción viene de mirar hacia abajo, recordar los pasos duros y decir: yo subí por ahí y fue increíble. Vive la vida como si escalaras. Y cuando llegues arriba, sonríe pensando en que todo lo que hiciste valió la pena. Aunque hay vías tan espectaculares que no deberían terminarse nunca.